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La Rioja, territorio digital sin grandes fronteras

La Agenda Digital que impulsa el Gobierno fomenta una reflexión global que alcanza al conjunto de la región: La Fombera ha acogido este martes una jornada para recopilar sus avances y encaminar sus pasos hacia el porvenir

Sergio Moreno Laya
Sergio Moreno Laya Logroño

Internet ha evolucionado tanto en tan poco tiempo que incluso da para ponernos nostálgicos. Y no por los vídeos de preciosos gatitos, o por acudir a Youtube para ver algún capítulo de Barrio Sésamo o Los Caballeros del Zodiaco. Es una nostalgia que se sitúa sobre la estructura misma de la evolución de Internet en todos estos años. Los que en BUP estudiamos MS-DOS y alucinamos en colores con llegada de la Encarta, nos hacemos cada mañana una pregunta esencial en nuestras vidas: «¿Qué fue de las cibertecas?». Poco se habla de este asunto, y así nos corre el pelo.

Gobiernos, como el de La Rioja, y ayuntamientos, como el de las principales cabeceras de comarca de nuestra región, comenzaron durante la primera década de este siglo a ceder espacios donde situar un nuevo concepto para el ocio, disfrute y también aprendizaje: las cibertecas, alguno hasta las escribía con mayúsculas. Se pensaba entonces aquello de «pobres bibliotecas», iban a desaparecer. Esto era la bomba. Todo a golpe de ratón. Una pasada.

Las salas con ordenadores donde había Internet y donde los ciudadanos podían reconocer la valía de esta nueva herramienta, y donde también se impartían clases de ofimática, por ejemplo, se presentaban a bombo y platillo y estaban casi siempre llenas. Era un buen lugar donde consultar el correo electrónico, imprimir o incluso chatear.

Internet era democracia pura, libertad de la buena: o sabías qué era eso de Internet o estabas fuera del sistema. Las cibertecas fueron las termas romanas hasta que llegó el smartphone. Su recuerdo es suficiente para ponernos nostálgicos, a pesar de que no han pasado tantos años desde la implantación de las cibertecas.

Pero es que esta revolución pacífica va a mil por hora. No espera a nadie, y de un día para otro los conceptos se revisan, actualizan y siguen adelante o desaparecen. La cuarta revolución, la del internet de las cosas ya está aquí, y La Rioja con su Agenda Digital no quiere quedarse atrás. El que no logre subirse a lomos de esta revolución a la altura, por ejemplo, de la industrial, será una región deprimida, empobrecida, sin futuro. Las cibertecas fueron el primero paso hacia la digitalización de una región que se ha marcado un plan para los próximos años, de nombre Agenda Digital, y que pretende impulsar en La Rioja proyectos que beneficien a la sociedad riojana en su desarrollo digital.

Bajo este programa, el Gobierno de La Rioja, en alianza con los agentes sociales y el sector tecnológico, promueve proyectos concretos para adecuar la región a los retos del siglo XXI. Y una de estas acciones tendrá lugar esta mañana en el Centro Tecnológico de La Fombera, en Logroño. Gobierno de La Rioja y Diario LA RIOJA organizan una jornada para abordar el nuevo horizonte tecnológico que dibuja la Agenda Digital y los beneficios que se derivan para mejorar la calidad de vida de los riojanos.

Entre otras cuestiones se tratarán asuntos estratégicos como la accesibilidad, los servicios sociales, la economía y la educación: actores relevantes en cada sector ofrecerán su punto de vista sobre el desarrollo de la Agenda Digital.

La Rioja como territorio digital más allá de las cibertecas que en la mayoría de localidades pasaron a mejor vida porque el ordenador está presente en nuestros bolsillos a partir de las llegadas de los smartphones. Y aunque actualmente la situación de La Rioja en su desarrollo digital es positiva, lo cierto es que son muchos los ámbitos de mejora para seguir progresando, sin dejar a un lado un hecho indiscutible: esta cuarta revolución requiere de una actualización constante dada su enorme velocidad a la hora de desarrollar, primero, y absorber, después, los cambios.

El Índice de la Economía y la Sociedad Digitales de La Rioja (DESI-Rioja) revela que la región alcanza una puntuación de 49,33, que la sitúa en el puesto 19 entre los 28 estados miembros. Por Comunidades Autónomas, La Rioja es la sexta de España con mayor grado de digitalización, al menos lo era en 2016. Y fue líder en el caso de las empresas que hicieron uso de la Administración Electrónica. Destaca especialmente en su grado de 'conectividad' (banda ancha, despliegue, rapidez y amplitud). En concreto, el 87,70% de la población riojana tenía acceso en 2016 a cobertura de banda ancha superior a 30 megas, frente al 71,20% de la media nacional.

Pero Internet son las personas y el uso que se le da. Esa idea ya muy empleada de la brecha digital, que por lo visto sigue existiendo. La Rioja está tres puntos por debajo de la media nacional en cuanto al 'capital humano' (mide las habilidades necesarias para aprovechar las posibilidades que ofrece la sociedad de la información). Y poco más de los riojanos que usaron internet al menos una vez por semana en los últimos tres meses tenía habilidades básicas, y solo el 1,56% de la población ocupada en La Rioja pertenecía al sector TIC, mientras que en España este grupo suponía el 2,38%. Los riojanos están cuatro puntos por debajo en cuanto al uso de las redes sociales, y tres por debajo en cuanto a la confianza que le otorgan a internet.

Y es que en el fondo resulta complicado no echar de menos una buena ciberteca.